jueves, 10 de abril de 2014

Europa por los ojos de esta Americana

Llegué a Extremadura en septiembre, y los últimos siete meses han sido inolvidables. A veces, no me siento que estoy fuera de mi país; vivir aquí en España se ha convertido en algo normal. Sin embargo, he notado muchas diferencias. Por una parte, hay las costumbres españolas que varían de región, y por otra parte es el conocimiento de que este país -tan rico de cultura- es parte de un conglomerado aún más rico de cultura. Claro, en Estados Unidos tenemos 50 estados, cada uno con su propias leyes y banderas, y regiones con sus propios acentos y comida, pero casi todo eso viene de Europa.





Con tiempo, nuestras costumbres se van olvidando, la unión cultural con la raza fundamental ya no es tan fuerte, y la gente se considera más estadounidense (que realmente es una mezcla de todo) que 100% italiano, holandés, francés etc. Y eso era lo que busqué cuando llegué a España: tener la oportunidad de vivir en una cultura muy abundante, arraigada y rica de experiencia, y más allá, que comparte una frontera con otro país con otro idioma, cultura, etc. Y eso es una de las ventajas más grandes de ser parte de la Unión Europea. Tener tantas culturas muy arraigadas tan cerca una de otra, abre la mente de la gente. Yo diría, por lo general (y hablo en términos generales, no quiero decir que todo es así) los europeos miran a través de una paradigma más abierto y de mundo que la población de los Estados Unidos. España, por ejemplo, tiene fronteras con países bastante distintos que lo suyo. Aunque Portugal queda justo al lado, diría que los españoles y los portugueses son más distintos entre ellos que los estadounidenses y los canadienses. En Estados Unidos, tenemos dos fronteras: Canadá por el norte, México por el sur, océanos en ambos lados, y 50 estados por el medio. Tenemos un estado casi del mismo tamaño que España (Texas); la masa de tierra de Europa cabe dentro de Estados Unidos; tardo 15 horas y $1,270 para llegar desde Portland (mi ciudad) a Madrid; en Oregón podría coger el coche, conducir 8 horas y todavía estar en el mismo estado; claro que nos va a costar mirar hacia el extranjero como nos ha criticado el mundo.


Con esto no estoy intentando defender ni atacar, solamente quiero subrayar lo increíble que es Europa. Al tener tantas culturas profundas, idiomas tan únicos que ni se los puede fingir hablar, y costumbres tan ricas y diferentes, y todo dentro de dos horas en avión... Hay que aprovecharlo, eso es algo especial.


Emily Cornelius
Auxiliar de Conversación IES San José

No hay comentarios:

Publicar un comentario